Ryan Wheeler tiene todo lo necesario para triunfar en el mundo de las artes marciales mixtas: una gran condición física, mucho talento y una personalidad sociable, concede entrevistas con facilidad y conecta con la gente,  eso hace que en poco tiempo se convierta en un luchador muy mediático y conocido por el público. 

En esa época Ryan empieza a consumir alcohol de manera ocasional pero con el paso del tiempo el nivel de consumo se va incrementando hasta el punto que eso no sólo le repercute en su carrera profesional si no que también le afecta en su vida privada. Su novia Lisa le acaba dejando por no poder sostener la situación. Todo se tuerce definitivamente cuando agrede a su padre bajo los efectos del alcohol y éste queda tetraplejico, por este hecho y otros delitos Ryan es condenado a dos años de cárcel.

El abuso de sustancias puede cambiar totalmente la personalidad y pueden acabar derivando en otros trastornos mentales mucho más graves. Recordemos cuales son los criterios  diagnósticos relacionados con el abuso de alcohol.



Durante su condena Ryan se rehabilita y consigue retomar su estilo de vida saludable anterior. Después de salir de la cárcel pasa un tiempo en una casa tutelada donde conoce a Keith (un chico con retraso mental). Ryan siempre se muestra muy protector y comprensivo con él, por tanto aquí queda implícito que el abuso de sustancias puede hacer que la persona pierda sus valores éticos y haga cosas que nunca haría en estado de sobriedad.

En ese momento el entrenador de Ryan contacta con él para que vuelva a la competición aunque Ryan es reacio a hacerlo porqué teme que el hecho de volver también implique una nueva recaída, así mismo la situación personal de su entrenador ha cambiado drásticamente ya que ahora mantiene una relación con Lisa, la antigua pareja de Ryan.

Ryan intenta por todos los medios encontrar un trabajo que no tenga que ver con la lucha profesional pero, ante las dificultades para encontrarlo y la necesidad de empezar a ganar dinero decide volver a competir. Vuelve a ser el luchador que era: ordenado, comprometido y disciplinado. Ryan habla asiduamente con su madre por teléfono aunque no se atreve a intentar un acercamiento con su padre. Finalmente se decide a dar el paso y empieza a visitarlo con cierta asiduidad, su padre se muestra muy comprensivo e incluso le anima a volver a competir, pero parece que Ryan es consciente de que sus acciones y las consecuencias de estas fueron tan graves que difícilmente podrá volver a tener la relación que tenían con anterioridad. Es cuando empieza a cuidarlo cuando se da cuenta la gravedad de las secuelas de su padre, eso provoca una gran culpabilidad en Ryan.

En ese momento empieza de manera ocasional pero intenta controlar el consumo para que no vuelva a ser patológico pero lo cierto es que en momentos de frustración y de dolor emocional se vuelve a refugiar en la bebida hasta el punto que vuelven a aparecer ciertos comportamientos que indican que está empezando a surgir el problema de nuevo.

Esto se debe a que, siempre que hay problemas de adicciones, la sustancia adictiva también tiene un valor inconsicente para la persona que la consume y, sí eso no se trabaja terapéuticamente muchas veces los adictos vuelven a recaer ya que no está integrado simbólicamente, La sustancia adictiva les ayuda a mitigar el dolor psicológico por tanto, si no lo pueden canalizarlo de otra manera, siempre tenderán a recurrir a ella.

JAY KULINA

Jay Kulina es un chico con una personalidad arrolladora, aunque sea indisciplinado y tenga cierta facilidad para meterse en problemas tiene un don de gentes que hace que todos le acaben perdonando y se muestren comprensivos con sus actitudes.

Probabablemente toda esta falta de disciplina y la tendencia a tomar decisiones que le pueden afectar de manera negativa esté influída por el consumo de drogas, especialmente por la cocaína, pero a la vez este consumo de drogas probablemente tenga su origen en ciertos episodios de su vida y en el vínculo que tiene con sus padres. En primer lugar recordemos los criterios diagnósticos de personas adictas a  los estimulantes.

Se podía relacionar el consumo de estimulantes con el hecho de que parte de su entorno también los consuma, Jay los usa principalmente para mantenerse mucho más activo y con muchos más reflejos a la hora de pelear. Creo que para entender las razones que le llevan a consumir también sería importante repasar su historia personal.

Jay es hijo de un boxeador profesional retirado que actualmente tiene un gimnasio y se dedica a la preparación de luchadores para la alta competición. Su madre tiene problemas de consumo de heroína y, finalmente, acaba prostituyéndose para poder pagar las drogas. La relación de Jay con su padre siempre ha sido tensa, cosa que hizo que decidiese vivir él solo, haciéndose cargo de su hermano pequeño Nate.

En un principio Jay entrenaba con su padre pero sus continuas muestras de indisciplina así como ciertos problemas legales hacen que el padre empiece a mostrar más interés en entrenar a Nate que a Jay y así se lo hace saber. Jay en ese momento tiene sentimientos enfrentados, por un lado desea que su hermano triunfe pero por otro lado siente que su padre le ha sustituído, problablemente esto también esté despertando ciertos celos hacia el hermano, aunque esto sea de manera inconsciente.

Jay se muestra como alguien muy seguro de sí mismo pero le afecta muchísimo ver a su madre en esas condiciones e intenta ayudarla una y otra vez costeándole todos los gastos e intentando ayudarla en el proceso de desontixación, aunque finalmente siempre acaba recayendo.

La addición de Jay se podría deber a varios factores, de hecho, probablemente cumpla una triple función: en primer lugar sería una identificación con su figura materna, en segundo lugar mediante ese consumo consigue atacar a su padre por todo el sufrimiento que le ha causado y en último lugar también le permitiría usarlas para evadirse de la realidad que le rodea.

Jay se muestra muy empático con la gente a la que quiere y tiende a hacer todo lo que está en su mano para poder ayudarles, probablemente esta actitud acaba generando una hipersensibilidad y esto a su vez hace que necesite apoyarse en las drogas para mitigar todo el dolor que le provocan estas situaciones.

Jay es consciente en muchos momentos de su problema y hace intentos por cambiarlos pero la pulsión destructiva siempre acaba siendo más fuerte que su fuerza de voluntad y acaba recayendo.